viernes, 28 de marzo de 2014

Cuento de la estación abandonada.



            LA ESTACION DE TREN ABANDONADA

Un señor llamado Adolfo fue a una estación de tren con su nieto Diego. Su nieto Diego le pregunto a Adolfo.  – abuelo, ¿Por qué me traes a este sitio? Y su abuelo le contesto- para contarte una historia que sucedió de verdad. Y  diego le dijo – vale.
Entraron en la estación abandonada y se sentaron en un banco bastante viejo y con mucho polvo. Adolfo empezó a contar la historia.
Cuando era pequeño siempre iba aquí a coger el tren para que me llevase al centro de la cuidad. Iba mucha gente a coger el tren pero un día…
Y su nieto diego le pregunto ¿Y qué paso  abuelo? Fue un día de hallowen empezó a parpadear las luces y los trenes se pararon en unos puntos distintos. Los pasajeros se bajaron y yo me quede quiero. Tenía solo 6 años no sabia que hacer. Se oyeron muchos disparos y fue en ese mismo instante cuando eche a correr. A mi y aun niño nos cogieron unos intrusos no metieron en el aseo y allí nos dejaron encerrados.  Junto a un hombre que tenía mala pinta, tenía las manos llenas de sangre. No dijo – estaréis aquí encerrados durante un tiempo sin comer y como no os portéis bien os mataremos. Por la ventana se veía gente muerta y pidiendo ayuda y como los intrusos le pegaban y les cuchillaba. Diego le pregunto a su abuelo - ¿Cómo salistes de ese aseo?
Adolfo siguió contando la historia. Diego ahora viene la parte interesante. Le pregunte al niño como se llamaba y me dijo Javier y yo me presente. Estábamos asustados no sabíamos que hacer pero a Javier se le ocurrió hacer un agujero en la pared y le pregunte. ¿y como lo piensas hacer?
Javier le contesto – con esta pala que hay aquí. Adolfo se quedo un poco pillado porque se preguntaba “pero si el hombre ese nos dijo que nos quedásemos quieto” Adolfo y Javier se pusieron manos a la obra. Llego la noche Javier y yo nos dormimos en el suelo y apoyamos las cabezas en la mochila. A media noche nos despertamos los dos a la vez. Se escuchaba un ruido muy extraño. Nos levantamos del suelo y miramos el espejo donde se veía una mujer fallecida detrás nuestra. Yo y Javier chillamos. De repente se abrió la puerta. Nosotros echamos a correr y la puerta de cerro. Bajamos las escaleras y todavía seguían los cadáveres. Fuimos a una nave donde había un tren nuevo. Nos montamos en el y tocamos un botón en donde salimos de la estación.
Adolfo dijo – por fin salimos. Nos cogió un intruso y Javier cogió una fregona y le pego un fregonazo ya sí que si nos escapamos y llegamos al pueblo donde encontré a mi familia. Pero Javier perdió la suya en el asalto al tren. Al final esa estación la dejaron abandonada. Y Javier se quedo viviendo conmigo.
Diego le dijo a su abuelo ¿Entonces os salvasteis? Y su abuelo le dijo que si y costo lo suyo.

Comic sobre el Romance del Conde Arnaldos.